domingo, 15 de abril de 2012

Fuimos a la feria y compramos libros y limones. Nos pusimos a revolver los montoncitos de ropa escuchando al caballero que vendía poleras europeas a la chilensis, te tome el brazo una vez y no nos dimos ni cuenta,
conversamos de todo como si fueramos un noticiario, una revista literaria, una cámara en el centro de la ciudad.

Caminamos harto y todo lo nuevo me parecio viejo,
ya no tenia ni mis lentes, ni las chalitas amarillas, ya no existia la cancha y los flaites andaban tristes,
nos habian cambiado todos los puestos para repartirlos por todos los pasajes del laberintico San Lucho.

Nos compramos un cubo de frutilla y nos costó mas caro el libro de Fuguet...

Me parecio haber estado una tarde entera cachureando, hasta que se empezaron a acabar los paños en el suelo. Te mire y me dio pena... Es el primer domingo que no almorzaré en tu casa. Te volví a mirar y me diste un beso en la cara, nos repartimos los limones, agarré la bolsa y me fui caminando sola.

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