sábado, 30 de julio de 2011

Turistas

Como una vieja canción para cabros chicos que quizás oíste de tu abuelo, como una vieja postal, como papeles amarillos, o acaso hojas de roneo.... así parecíamos ser caminando por el Santiago que hoy nos esquiva....y nos reíamos. Tu haces como que me miras y yo te miro haciendo como que no lo hago, y chocan nuestras piernas como buscando no perdernos, como si fuéramos hojas secas que amenazan con volar en cualquier parpadeo. Como huérfanos en la calle Huérfanos, pero huérfanos del alma y de la ubicación de las calles....

Que le vamos a hacer, si era verdad que lo único que sabíamos hacer era perdernos y no me importaba, porque mientras eso pasaba (aparte de detenernos a mirar a cada rato el mapa del metro) yo me perdía en ti al perderme en mi....
Y que voy a saber lo que pensabas en ese instante, si estabas muy ocupado conversando con la arquitectura de las iglesias oxidadas que ya nadie se detiene a saludar. Y tu que vas mirando con los ojos fotográficos lo que para todos aquí en esta putrefacta ciudad pasa desapercibido. Esta ciudad para mi ya tan gastada me hace mirarte como cuando ves la sorpresa en la cara de un niño.... y me hace coincidir.... no en este Santiago lleno de falsedades, sino en el encontrar en lo lejos eso que no esta en tus calles.

Y sabes.... de tanto caminar contigo ni me doy ni cuenta que ya hemos avanzado 5, tal vez 6 estaciones....y estamos tan lejos.... y aun así siempre parecemos existir en la Plaza de Armas.... esa plaza, esa que cuantas veces oculto temores y lágrimas, esa que contigo me parece nueva y hasta me hace mirarla como un atractivo turístico.

Y yo que antes me detenía a mirar a los viejitos jubilados tirándoles migas a las palomas, a los peruanos acercándose a su tierra con una llamada, al que le toco ser flaite porque una sociedad necesita de ellos para continuar su estafa, el mendigo que llena de shampoo la pileta, el señor sin brazos ni piernas que se arrastra por una moneda de 100, los mimos que gritan sus palabras atoradas por la lengua, la gitana con sus cartas descartables, la señora que se huele la axila, el lustra botas, el completo, el quiltro, el pepito paga doble, los cafés con piernas y las caras chorreadas de penas de sus trabajadoras....Ahora no se porque cierro los ojos y me pongo a repasar nuestros relatos aun irrelatados, manchados por la lluvia, la distancia y un campito que tal vez ni existe en mi....

No se si eres tu, pero algo en el centro cambia y me hace ser niña otra vez, ir tomadita de la mano con mi papi, cuando el tenia tiempo para mostrarme con la letra de una canción que el cerro tenia innumerables colores aparte del gris, vuelvo a esos tiempos en que la familia era familia, los juegos juegos y la verdad verdad.... las risas, los helados, las pataletas, el retrato, la caricatura, el zoológico, el chinchinero, el maní tostado, la manzana confitada, el agua bendita y heladita de la señal de la cruz que hacían sus dedos por mi frente cuando existía Dios, la venita de la mano libre cuando no existía la palabra crisis ni pensaba unirse con las letras del pánico.... ese aire ya olvidado al respirar....

Y es que contigo pareciera ser que cualquiera de estos días las estatuas que están afuera de la catedral se mueven con una moneda y se ponen a bailar cueca o tango?.... así también el Santiago parece reírse y decirme que cualquier día de tanto perdernos desaparecemos de nuestras vidas sin querer. Pensándolo bien, no seria tan difícil....si ni tu ni yo sabemos nuestras direcciones.... Yo solo se que al separarnos te vas hacia San Pablo y tu sabes que tomo una micro con algún numero en alguna parte de Baquedano..... si yo apenas pude saber que busco los colores, como saber de ti, que buscas?....

Al fin y al cabo solo eramos leyendas urbanas de una Alameda que nos observaba de reojo.

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