lunes, 27 de diciembre de 2010

Echarnos


Estábamos sentadas en el suelo, sentarse en el suelo después de media cerveza era bastante normal, sentarnos…. Nos gustaba echarnos como perras a reírnos tan fuerte, esa risa que daba risa al resto y nos echábamos, nos reíamos, nos echábamos a acariciar lo que nos quedaba de ilusión tras el paso de los hombres, de esos hombres que piensan con calor como pasar una buena noche, de esos que dicen, que dicen y te envuelven para no decirte nada mas tarde…. De esos que engañan, de esos a los que engañas, los que extrañas, los que no existen.
Ya no estudiábamos hace un mes, hace más de un mes nos envolvíamos en los audífonos siguiendo las letras y podíamos conversar clases enteras hasta que nos olvidábamos de todo alrededor, solo nos concentrábamos en el guión de nuestro culebrón mexicano, nos preguntábamos porque éramos tan tontas…. Es la adolescencia, eso es lo que te hace pensar solo en el…. Son las hormonas, las células de mujer pasional…. El libro de Medea.
Yo la quería tanto, volábamos en un quinto piso y entrábamos a nuestro mundo, llorábamos tanto de amar, de reír, de entendernos y querernos…. Volvíamos a tomar, nos volvíamos a echar.

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