lunes, 27 de diciembre de 2010

Moscas


De vez en cuando por las noches una mosca cruzaba hacia su pieza, no era una mosca cualquiera, era la mas negra de las moscas, la mas gorda y aturdida, su zumbido no parecía de mosca, no había continuidad en el…. No! Sus notas no se acomodaban en los oídos.
Todas las noches en las que la mosca sonaba como una motosierra que va a cortar el alma al chocar con la ampolleta, todas esas noches…. se hacia casi imposible dormir.
La mosca traía entre sus repulsivos ojos algo de escalofrío, una sensación de suspenso que se cortaba solo cuando su sonido erizaba los pelos y volvía a amenazar.
A veces parecía que había escapado por un rincón de las paredes…. Hacia sudar…. Hacia temer…. traía los pensamientos mas lejanos encima de la almohada, hacia recordar esos amores que duelen, esos que aparentan ser ya solo moscas.
La buscaba, la buscaba con los ojos y con algo mas…. La exploraba y no la encontraba….
Un día choco entre los bordes del espejo y quedo adormecida por periodos de tiempo que de vez en cuando hallaban la puerta abierta….
Nunca pudo matar su mosca, y es que las moscas en la cabeza nunca mueren.


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